SUCEDIÓ EN VALLADOLID

 

VALLADOLID - EL OCIO EN 1979

Terraza de la cafetería Morrison en el Paseo de Zorrilla

 

Estaba ojeando un poco por encima el libro "Guía Secreta de Valladolid", escrito por Emilio Salcedo y editado en junio de 1979, y además de los interesantes artículos que contiene, al llegar a las últimas páginas he visto, como ocurre en otras muchas guías, el apartado de "DIRECCIONES ÚTILES".

 

Este año se cumplen 40 años de su publicación y se me ha ocurrido recordar  algunas de esas direcciones útiles que aparecen relacionadas con el ocio y la restauración, para que unos recuerden y otros conozcan algunos de los bares, restaurantes, cines, discotecas, hoteles, etc. más conocidos en el Valladolid de 1979, y que seguro a muchos les trae recuerdos de sabores y olores de otra época.

 

Empezamos por lo más sano, el deporte, para practicarlo contábamos con el complejo del Parque Canterac y el de FASA, el Gimnasio Deportivo de Sindicatos, el Pabellón Municipal Huerta del Rey y las Pistas Deportivas de la Organización Juvenil en el Camino del Cementerio, y con los primeros gimnasios particulares como el Club Inokuma en San Felipe Neri, Gimnasio Asensio en calle la Olma, Gimnasio Choko en la calle San Blas, o el Gimnasio Femenino Valenti en Paseo de Zorrilla.

 

También para hacer deporte, pero en el agua de las piscinas, estaba la piscina cubierta del Instituto Zorrilla, la Deportiva y la Samoa en las Moreras, la de la Real Sociedad Hípica, las municipales de la Huerta del Rey y Canterac, y como no, las de algunos restaurantes a las afueras de la ciudad o en pueblos cercanos, especialistas en celebraciones de bodas y banquetes, que con la llegada del verano abrían sus piscinas al público, como: La Ponderosa y Río en ctra Adanero Gijón Puente de Boecillo, el Golden Gate en la carretera del Pinar, El Pinarillo y El Bohío en el pinar cerca de Puente Duero,  El Montico cerca de Simancas, Las Coronas en Viana, y Lumera en Santovenia.

 

Lumera, restaurante, cafetería y con piscina a la que acudían muchos vallisoletanos

 

Y para hacer más deporte, moviendo el esqueleto y con una copa en la mano, estaban, entre otras, las discotecas: Atómium en la calle la Pasión, La Oka en San Felipe Neri, La Cabina en García Morato, Caifás en la calle San José, Cerebro en Gamazo 17, el Club 400 en la calle Perú, Charlot's en Sancti Spíritu, Dakota en Divina Pastora, Landó Club en Galatea 4, Mesón los Vientos en Zaratán, News Club en plaza Martí y Monsó, Pussy Cat en Paseo de Zorrilla 48, Shout Club en Miguel Iscar 8 o Zappin en Gabilondo 7.

 

Para entretenerse de una forma más descansada los espectáculos por excelencia eran el Fútbol y los Toros, pero de cines y teatros dentro de la ciudad, estábamos todavía bien servidos con nada menos que 19: Calderón, Lope de Vega, Zorrilla, Carrión, Valladolid, Alameda, Babón, Capitol, Cervantes, Coca, Delicias, Embajadores, Goya, Lafuente, Matallana, Rex, Roxy, La Rubia y Vistarama.

 

 

Las cafeterías estaban divididas por categorías, así, de categoría especial: Maga en la Acera de Recoletos, Olid, la del Hotel, en la calle San Blas y Risko con sus famosos helados en la calle Santiago 6. De 1ª categoría: Dakota en Divina Pastora con su sala de fiestas, la de Galería Preciados con sus buenas vistas, Moka, la moderna Papillón, el Salón Ideal en la calle Santiago, Samaya en la calle Gamazo, Versalles en Puente Colgante y Yola en Teresa Gil. De 2ª categoría, que algunas también eran restaurantes, entre otras: Ascot en Francisco Suárez, Kansas en Paraíso, Dallas, Dan V, El Edén, Fermoselle, Fragata, Granja Terra, Manhatan, Napoli, Paddock, Palafox, Sangar, El Caballo de Troya o Toher.

 

La cafetería RisKo en la calle Santiago

Fotografía conseguida en la red sin indicación de autor o procedencia

 

En Valladolid siempre se ha comido bien, y entonces también. Algunos de los restaurantes del momento eran; de 4 tenedores, es decir los más finos de la ciudad El Cardenal en la Plaza Tenerías 18, ocupando los bajos de la llamada Torre de Valladolid, y el Oscar en calle Ferrari 1. Con tres tenedores: Los Álamos en las Moreras, Casa Manolo en Pedro Lagasca, Casa Paco en Manzana, Cervantes, Feria de Muestras, La Fragua con sus lechacitos asados, La Goya, Lucense en Paseo Zorrilla, París en la entonces García Morato, La Prensa en la calle Goya y La Viña en Ferrari 5. De 2 tenedores estaban: Achuri en la plaza del Val, Astorga en calle Ferrocarril, Astur Vasco en el Atrio de Santiago, Bodega 44 en San Agustín, Bodegón Maeve en calle Embajadores, Las Calabazas en el Pinar de Antequera, y muchos más como: Los Cedros, Colombo, Covadonga, La Criolla, Cuberito, La Cueva, Las Cuevas de Granada, La Choza, Herbe, J.J., Machaquito, Mateo, Mesón El Carro, Mesón Panero, Mesón Pisuerga, Puerta el Sol, Rancho Grande, Riesgo, Taberna del Hidalgo, Zamora o Zodiaco.

 

En cuestión de hoteles estábamos más flojos que en la actualidad; de 4 estrellas solo había tres, el entonces Olid Meliá, el Felipe IV y el desaparecido Hotel Conde Ansúrez en la calle María de Molina 9. De 2 estrellas, ya que al parecer no había de 3 en ese momento, estaban el Hotel Roma en la actual calle de Héroes de Alcántara y el desaparecido Hotel Inglaterra en María de Molina 2, de 1 sola estrella el Enara mucho más pequeño que ahora y el Hotel Imperial.

 

Hotel Conde Ansúrez

Fotografía conseguida en la red sin indicación de autor o procedencia

 

Para los que buscaban sitios más económicos, además de las pensiones había unos cuantos hostales: Burgalesa en la plaza Santa Ana, Colón, Campo Grande y Avenida en la entonces Avenida Generalísimo Franco y hoy Acera de Recoletos, Conde Río en la carretera Burgos - Portugal km 110, Greco y Vuelta ambos en plaza del Val 2, Lucense en Paseo de Zorrilla 124, Niza en Avenida de Madrid 43, París en calle Especería 3, Europa en calle Santa María 24, Revil en Núñez de Arce 9, y el Viloria en la calle Manantial, 1.

 

Como hemos podido ver, de todos estos lugares unos cuantos subsisten, otros han cambiado de nombre una o varias veces, y otros muchos han desaparecido.

 

 

Además de los indicados hay que recordar otros lugares para el ocio de los jóvenes y menos jóvenes, como los futbolines, los billares, los bares de pinchos y los de jugar la partida, las asociaciones juveniles privadas y parroquiales, y por supuesto los guateques, es decir fiestas en pisos y locales.

 

Hasta aquí el repaso, no están todos, claro, pero sí muchos de los que había y que eran los lugares de reunión y diversión de los vallisoletanos en 1979.

 

Fuentes Consultadas

"Guía Secreta de Valladolid" de Emilio Salcedo

 

11-01-2019