"EL GOLPE" DEL BANCO CASTELLANO

Si ha habido un robo más que sonado en Valladolid, fue el ocurrido el 3 de agosto de 1964 en la sede del Banco Castellano de la calle Duque de la Victoria (hoy BBVA).

Ese día, la caja fuerte del banco fue desvalijada y se llevaron, nada más y nada menos, que 5.164.400 pesetas de las de entonces.

La policía comenzó sus investigaciones con las únicas pistas que habían encontrado: un papel de bocadillo, una botella de vino y una defecación.

Detuvieron a cuatro personas como sospechosos, entre ellas al cajero del banco y su ayudante, siendo puestos en libertad al no encontrarse pruebas contra ellos.

Fue pasando el tiempo, mucho tiempo, sin aclararse el robo, ya ni la prensa hablaba de ello, cuando el 2 de noviembre de 1965 fue detenido Mariano G.C., empleado del banco desde 1961 y vigilante nocturno en el momento del suceso. Al parecer se sospechó de él ya que había gastado bastante más dinero del que ganaba en su trabajo. Después de ser interrogado, confesó e indicó a la policía donde había escondido su parte del botín, en una finca de la carretera de Renedo llamada "La Cascajera", cerca de la Cuesta del Tomillo.

Se dirigieron a la finca con el detenido, y allí se encontraron 940.000 pesetas enterradas en una lata, después en su casa se encontraron también 1.197.000 pesetas.

Poco después se supo que también había sido detenido el día 4 el "cerebro" del robo, se trataba de Gregorio A.Z., administrativo del banco, donde había comenzado a trabajar en 1929. Mariano se había encargado de las llaves y él se había encargado de planearlo, de la clave de la caja fuerte y de las tres pistas, falsas, que había encontrado la policía y que trataban de hacerles pensar que habían sido profesionales los autores.

El día 6, la policía encontró en las oficinas de una empresa madrileña en la plaza de España nº 1, en la que hacia algunos trabajos Gregorio, 29.000 pesetas en su mesa y otras dos latas con 1.200.000 pesetas ocultas junto al rodapié del mostrador.

Al parecer, todo fue por venganza y odio hacia la entidad y hacia su Director General.

El 17 de enero de 1967, la Sala de lo Criminal de la Audiencia Territorial de Valladolid, condenó a los dos detenidos a once años, cuatro meses y un día de prisión mayor, y a pagar entre ambos la cantidad de 1.848.924 pesetas, que era el montante del botín no recuperado.

Fuentes consultadas:

Hemeroteca La Vanguardia 7-11-1965

Hemerotea La Vanguardia 18-01-1967

El Norte de Castilla - artículo de Enrique Berzal del 4.03.14

06-11-2015

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