Muchas veces nos habremos preguntado de donde viene el nombre de esta calle. Está claro que es una fecha, pero, ¿de que?.

El 14 de noviembre de 1855, se autorizó por Ley la subasta del Ferrocarril del Norte, para unir Madrid con Irún, debiendo anunciarse en el plazo de quince días, la subasta de la segunda sección, que correspondía al tramo entre Valladolid y Burgos, teniendo como base la subvención de 1.300.000 reales por legua que el Estado daba a la empresa.

Pues bien, esa subasta se celebró el 20 de Febrero de 1856, adjudicándose el servicio los señores E. Pereire, E. Duclere,Joaquín F. de Osma y Enrique O. Shea, que habían rebajado la subvención hasta la menos de la mitad, es decir a quinientos setenta y seis mil reales. La subasta quedó aprobada por Real Orden el 23 de febrero.

La adjudicación suponía para Valladolid entrar en ese eje tan importante de comunicación, y por tanto aportaría grandes beneficios a al ciudad. Para celebrar la subasta se celebraron fiestas populares y el Ayuntamiento decidió poner este nombre, de "Veinte de Febrero" a la nueva calle que se abrió entre María de Molina y el entonces llamado Paseo de San Lorenzo, hoy de Isabel la Católica, en los terrenos que había ocupado el desaparecido convento de la Trinidad Calzada.

Pronto la nueva calle empezó a tener vida, y allí estuvieron, al menos desde 1886, el Almacén de Maderas de Matías Gil y la fábrica de chocolates de Homobono Llamas.

También estuvo desde 1900, la famosa heladería La Exquisita, también llamada La Cuadra, propiedad primero de Gaspar Collantes y de Eloy García desde 1935. Famosa en toda la ciudad por su leche helada, cesó su actividad en 1964 cuando la explosión de una bombona de amoniaco, destruyó el local y dejó cuatro víctimas mortales.

Desde 1922 a 1965, estuvo en la calle la atención comercial y venta de los famosos carburadores IRZ, cuya fábrica estaba en la Huerta del Rey.

Desde 1927 estuco allí La Caramelera Castellana y posteriormente la fábrica de caramelos y bombones de Eliseo Parra.

Por último recordar otro clásico de esta calle, la Cervecería La Salve, luego Restaurante Riesgo, y sus famosos bocadillos de calamares, que durante muchos años disfrutamos los vallisoletanos.

Fuentes consultadas:

"Las Calles de Valladolid" de Juan Agapito Revilla

Enciclopedia de la Industria y el Comercio de Valladolid Fundación Joaquín Díaz

Diccionario curioso e ilustrado de Valladolid

08-07-2016