Esta calle, quizás sea la calle de Valladolid que más nos transporta al tiempo en que la ciudad acogía reyes y nobles, y por tanto vivía una época esplendorosa. Con la entrada por la Plaza de San Pablo, pasamos por el Palacio Pimentel del siglo XV, el Palacio Villena del siglo XVI, la Capilla y el Colegio San Gregorio y al llegar a su final se encuentra el Palacio del Conde de Gondomar o Casa del Sol del siglo XV y XVI, y lo que fue la iglesia de San Benito el Viejo reconstruida en 1601.

Según Juan Agapito y Revilla, en la mayor parte del solar que ocupa el Colegio de San Gregorio, y que pertenecía al monasterio de San Pablo, se construyó en 1411  "por Doña Catalina de Lancáster, viuda ya del rey Don Enrique III, un palacio real que vio las bodas suntuosas de Don Enrique IV". Pasado el tiempo "por cédulas de Don Alonso y de Don Enrique IV, se hicieron devolver los terrenos al convento, y se acabó dicho palacio real".

Entrada en la calle desde la Plaza de San Pablo

Palacio Pimentel en primer plano, capilla del Colegio de San Gregorio y Palacio Villena al fondo

El nombre de la calle viene dado por los pilares de piedra con cadenas de hierro que hubo delante de la puerta y de la fachada del Colegio de San Gregorio, que como recordaremos, en ocasiones significaba que el edificio tenía derecho de asilo.

En el plano de Bentura Seco de 1738 se pueden apreciar claramente 22 columnas unidas por cadenas, y dado el detalle con el que hizo el famoso plano, debemos de pensar que eran exactamente las que había.

Los pilares fueron desmontados para favorecer el paso de los carros por la calle hacia la carretera de Santander, actual Santa Clara y Avenida de Palencia.

Tras la construcción del Colegio, entre 1484 y 1496, a la calle se la llamó "calle del Colegio del Obispo de Palencia", ya que se construyó por iniciativa de fray Alonso de Burgos, obispo de la diócesis de Palencia y miembro del Consejo Real de los Reyes Católicos.

Fachada del Colegio de San Gregorio, sede del Museo Nacional de Escultura

Fray Alonso de Burgos no solo fue responsable de la construcción del Colegio, al parecer a sus expensas, también adecentó la calle y compró las casas y solares que había frente al Colegio para hacer la plaza que hoy tenemos delante de la fachada, para que esta se viera mejor.

La calle durante las obras de peatonalización - Foto AMVA

Fue en su tiempo una calle de mucho tráfico y por ello los monumentos tuvieron que sufrir varias restauraciones, afortunadamente, después de peatonalizar la calle, se ha convertido en una agradable calle para pasear y disfrutar del entorno.

Palacio del Conde de Gondomar - Palacio Villena - Antigua iglesia de San Benito el Viejo

Fuentes consultadas:

"Las Calles de Valladolid" de Juan Agapito Revilla, edición facsímil editada por Grupo Pinciano 1982.

"Valladolid Recuerdos y Grandezas (1900 a 1902) de Casimiro G. García.

17-03-2017