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La calle de Claudio Moyano une la Plaza de España con el comienzo de la calle Doctrinos al llegar a la esquina con la Calle Santiago, justo en el punto donde estuvo la Puerta del Campo, luego Arco de Santiago.

En el plano de Ventura Seco de 1738, se ve claramente el mismo trazado que el actual, solo que entonces unía El Campillo de San Andrés (actual Plaza de España) con la Calle del Campo (hoy calle Santiago), llamada así por ser la salida a lo que hoy es la Plaza de Zorrilla, pero que durante siglos fue sencillamente eso, campo, mucho antes de existir el Campo Grande.

Esta calle era la frontera de la segunda muralla de la ciudad y paralela a ella circulaba La Esgueva por lo que hoy es la Calle Miguel Iscar.

La calle pertenecía al Barrio de Santa María, donde vivieron los moros de la ciudad desde 1414 hasta 1610, momento de la expulsión morisca, aunque ya desde 1506 habían ido abandonando tanto las casas como la mezquita, cuyos restos aparecieron recientemente al rehabilitar el nº 5 de esta calle.

En el plano de Joaquín Pérez Rozas de 1863, la calle se ve rotulada como de Alfareros y la Calle Miguel Iscar aún no existe, sigue siendo el cauce de la Esgueva.

Al menos desde el siglo XV hubo en la calle algunas alfarerías, por lo que se llamó Calle de los Alfareros. Así fue hasta 1902, cuando en sesión del Ayuntamiento de 30 de Enero, se la dio el actual nombre en honor a Claudio Moyano y Samaniego, alcalde de Valladolid en 1841, rector de la Universidad de Valladolid y luego de la de Madrid en 1850. También fue Ministro de Fomento en tres ocasiones, en los años 1853, 1856 y 1864.

Cuando en 1862 el arquitecto municipal Martín Saracíbar, presenta un plan para soterrar el ramal del Esgueva que discurría por la hoy calle Miguel Iscar, esto afecta también al futuro arquitectónico de la calle Claudio Moyano

En el plano de Montaner y Simón de 1897, sigue rotulada como Calle de los Alfareros, pero la Esgueva ya ha sido soterrada y ya existe la Calle Miguel Iscar.

Por tanto, respecto a los edificios que hay en Claudio Moyano, la mayoría son de principio del siglo XX, salvo algunos, que no son difíciles de reconocer, pertenecientes ya a los años del siglo XX, en que primó más levantar muchas alturas que conservar lo que había.

Vamos a hacer un recorrido de la calle, comenzando por la esquina de la Calle Santiago, para ver los que hay o lo que hubo.

En el cruce de las hoy Calle Santiago con Claudio Moyano estuvo la famosa Puerta del Campo.

La Puerta del Campo, era a una de las puertas que limitó la ciudad por su lado sur desde finales del siglo XIII, hasta el primer tercio del siglo XVII, cuando en el lugar que estaba se construyó el Arco de Santiago en 1626, realizado por el arquitecto Francisco de Praves en estilo clásico greco-romano. Pasados los años, el Ayuntamiento acordó su demolición el 4 de Noviembre de 1862, dicen que para facilitar el paso de carruajes por la calle, siendo derribado en 1864.

En el número 1 de Claudio Moyano, con vuelta a calle Santiago y Alcalleres, se encuentra este bonito edificio realizado por el arquitecto Teodosio Torres entre 1907 y 1910.

En su bajos comerciales estuvo desde 1922 hasta 1947 el famoso Royalti Gran Café - Granja Royal propiedad de Salustiano Santos Lorenzo, café y también pastelería, con actuaciones en directo.

En los años 30 daba hasta conciertos de música clásica con la Orquesta Corvino los lunes, miércoles y viernes. Durante los conciertos había que estar en silencio y el resto del tiempo no se podía jugar al dominó en el local, para evitar que el ruido de las fichas molestara a los clientes. Después, desde hace muchos, muchos años, ocupa estos locales, la que creo fue primera sucursal del Banco de Santander en Valladolid.

Justo en la esquina de enfrente se encuentra el nº 2, otro edificio recientemente rehabilitado que hace esquina con la Calle Santiago.

En los bajos comerciales estuvo a principio del siglo XX Almacenes el Águila, que se anunciaban como Almacenes de Ropas y Géneros, y que tenía tiendas en unas cuantas capitales españolas.

Fotografía conseguida en la red sin indicación de autor o procedencia

y después, ocupando también la entreplanta la recordada tienda de Tempo, o Estilo, que también así se llamó, donde muchos vallisoletanos compraron sus primeros trajes o sus trajes de novio.

En la misma acera, un poco más adelante se encuentra el edificio más alto de toda la calle y que rompe totalmente la estética de sus antiguas edificaciones. Albergó la sede del Banco Ibérico desde 1966 hasta que desapareció como entidad, tras unirse en 1977 con el Banco Central.

Hoy el edificio sigue destacando, no por su belleza. Anteriormente en los bajos estuvo además de la oficina del banco, Casa Guerra experta en cerrajería y cajas fuertes. El resto de plantas lo ocuparon oficinas, academias y despachos, hoy muchas están vacías.

A continuación, el nº 6, un edificio con bonitos miradores de madera y balcones con rejería y elegantemente adornados. En su semisótano de la derecha se encuentra la concurrida Cafetería Oxford, pero mucho antes en este local estuvo el Bar La Barra, que aún muchos recordarán por su máquina de discos con lo más moderno de la época. En el semisótano de la izquierda, donde está la verja cerrada, hubo unos futbolines de los buenos, buenos.

En el nº 3, haciendo esquina con la Calle Alcalleres se encuentra otro bonito edificio, con miradores y balcones, digno de contemplar.

Lo mismo se puede decir del edificio del nº 10, justo enfrente, de estilo más sencillo pero con miradores de madera y balcones con rejería.

Los tres siguientes portales, corresponden, junto con el nº 22,  son los edificios más estrechos de toda la calle, los números 12, 14 , y 16.

Entrada al Bar Campero

En los bajos de este último edificio, el 16, se encuentra uno de los bares más conocido de la ciudad, con sus célebres pinchos morunos y salchichas, el Bar Campero. Fue inaugurado en 1950 por Alfonso Díez, pasando la propiedad en 1952 a Antonio Saldaña y a partir de 1980 a los herederos de este.

Fotografía conseguida en la red sin indicación de autor o procedencia

En la acera de enfrenta se encuentra el nº 5, donde al comenzar su rehabilitación integral, en 2019 aparecieron los restos de una mezquita mudéjar del siglo XV. En los locales de este edificio estuvo muchos años la tienda de animales, pollitos y huevos Tohuer.

En el nº 18, otro bonito edificio con miradores de madera y balcones, con un moderno bar a cada lado del portal. Pero, durante muchos años estuvieron ahí dos clásicos de la zona: a la izquierda el San Remo desde 1968, con su panceta y sus salchichas, y a la derecha durante más de 40 años estuvo el Yovana, con sus perritos calientes y otras cosas para picar.

El siguiente edificio, el nº 20, es realmente bonito y actualmente está en restauración. Resultó de la unión de los entonces números 26 y 28 de la calle, realizándose la remodelación en 1916 por el arquitecto Manuel Cuadrillero Sáez.

Frente a él, haciendo esquina con la calle Menéndez Pelayo, otra edificación destacada, esta realizada por Modesto Coloma en 1895 por encargo de Santiago Briñas.

En el número 11 abrió oficina en 1968 el Banco Herrero y en el número 24 estuvo Comercial Eléctrica Española,

Fotografía conseguida en la red sin indicación de autor o procedencia

En el número 26 se instaló en 1969, proveniente de las oficinas en la calle Dos de Mayo 7, la entonces Caja Rural Provincial de Valladolid, ocupando toda la planta baja (excepto un local ocupado por la Joyería Ladrón del Moral) y la entreplanta. Ahí estuvo hasta el 1 de junio de 1980 que inauguraron el nuevo edificio de Plaza Zorrilla. Posteriormente se llamó Caja Rural de Valladolid y Caja Rural del Duero, estando actualmente integrada en Cajamar.

En el edificio más bajo de la calle, haciendo esquina con la Calle Santa María estuvo muchos años la Marisquería El Puerto, propiedad de Manuel, hermano del dueño de Las Acacias, que todavía muchos vallisoletanos recordaran.

En el año 2020, tras peatonalizar la calle, pintaron la calzada de colorines, que duró casi nada y que volvieron a re-pintar en 2021. Yo particularmente soy partidario de unas buenas baldosas duraderas y que vayan con la arquitectura del casco antiguo de la ciudad.

Fuentes consultadas:

"Las Calles de Valladolid" de Juan Agapito Revilla, edición facsímil editada por Grupo Pinciano

"Enciclopedia de la Industria y el Comercio de Valladolid" de Joaquín Díaz y José Delfín Val

Recuerdos propios y familiares

29-04-2022

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