LA PORTADA DE LA PLAZA MAYOR

Entre 1455 y 1456 se reformó la fachada, levantando un segundo piso con un balcón corrido donde se colocaba un altar para que pudieran asistir a la misa los mercaderes y vecinos desde la Plaza Mayor.

Tras el incendio de 1561, se restauró la fachada con su balcón para la misa y se sacó al nivel de las otras fachadas de casas que había a derecha e izquierda.

En 1727 se colocó en el frontón la imagen de San Francisco.

LA IGLESIA

La iglesia, de estilo gótico, era de una sola nave, medía 39,20 m de largo por 12,60 m de ancho.

En la construcción primitiva sólo estaba abovedada la capilla mayor, mientras que el cuerpo de la iglesia estaba cubierto con madera. En el siglo XVI se hicieron siete bóvedas de crucería.

Tenía la capilla mayor y otras 10 capillas fundadas y patrocinadas por las familias más influyentes de la ciudad, con derecho para su  enterramiento.

Capilla mayor

Al igual que el convento, la Capilla Mayor tuvo el patronazgo de tres reinas: Dª Berenguela, Dª Violante y Dª María de Molina. Posteriormente pasó por miembros de la noble y de ricos mercaderes.

La entraba a la capilla mayor se realizaba a través de un arco apuntado, y una reja la separaba del resto de la iglesia.

Dentro estaban: la capilla de los Rivera (en el lado del Evangelio), las sacristías Vieja y Nueva y la capilla de San Bernardino.

La capilla contenía el retablo mayor y otros dos laterales del siglo XVI que fueron sustituidos por otros en el XVII.

Hubo tres retablos mayores: El primero de 1578, que fue sustituido por otro con pinturas hacia  1622 y duró hasta 1674, cuando fue vendido por 5.000 reales a la parroquia de Laguna de Duero. Tiene banco, dos cuerpos, tres calles y ático.

El tercer retablo mayor fue costeado por la Familia de los Mendoza en 1674

La Capilla de los Rivera o de la Inmaculada fue fundada por Andrés de Rivera,  Señor de Fuentes de Valdepero y alcalde de Burgos, y construida en el solar de un corral que había junto a la cabecera de la iglesia. Tenía un retablo con la imagen de la Inmaculada, del escultor Francisco del Rincón.

En 1675 fue transformada totalmente, pasando a llamarse capilla de Nuestra Señora de Copacabana. Las obras de rehabilitación y ampliación finalizaron en 1679. Tenía capilla mayor, crucero, altar mayor y dos a los laterales y otros dos en la nave, sacristía, coro, una puerta principal y cuatro más pequeñas que daban paso a la iglesia y a la sacristía.

El retablo del maestro Blas Martínez de Obregón, tenía un pedestal con pilastras y columnas salomónicas en los dos cuerpos. En el primer cuerpo se situó la Virgen de Copacabana traída de América por fray Hernando de la Rúa, su patrocinador.

Capilla de San Antonio de Padua

Se encontraba en el muro norte de la iglesia, en el lado del Evangelio, y fue fundada por Luis Morales, tesorero del rey Juan II de Castilla, en el S. XV, y estaba dedicada a Santa Ana.

Posteriormente pasó a la familia Ulloa. que la vendió en el siglo XVII a la Cofradía-Hermandad de los Mancebos Sastres y pasó a denominarse Capilla de San Antonio de Padua.

Capilla de San Francisco

Fue fundada por el ballestero mayor Ruy Pérez de Agraz con el nombre de Capilla de San Mancio, posteriormente el patronazgo pasó al Hospital de Esgueva.

Capillas de Santa Catalina y San Carlos Borromeo

Estaban también en el muro norte junto a la de San Francisco. Se le concedió el patronazgo en 1602 y 1603 a Carlos de Venero y Leyva.

En la capilla de Santa Catalina, de grandes proporciones, estuvieron enterrados componentes de las familias mas ilustres de la ciudad.

Los bultos funerarios de la familia Leyva fueron realizados por seguidores de Pompeyo Leoni, y se encuentran en la actualidad en la Catedral donde pueden verse, junto con el retablo y una imagen de Santa Catalina de Francisco del Rincón.

La capilla de San Carlos Borromeo era un añadido a la anterior y no tenía acceso a la iglesia.

Capilla de San Antonio el pobre

Estaba situada a los pies de la iglesia, debajo del coro y comprendía es espacio que ocuparon dos capillas anteriores: la de la Trinidad y la de San Antonio. Fue remodelada en 1617. Se la llamaba también Capilla de los Cañedos por estar allí su dos tumbas, de yeso bajo unos arcos góticos.

Capilla de los linajes - Valentín Carderera siglo XIX

Capilla de Santa Ana

La capilla tenía dos rejas, una que daba a la nave de la iglesia y otra a la nave de Santa Juana.

Desde 1659 fue propiedad de Casilda de Espinosa esposa del secretario del Santo Oficio de la Inquisición Diego Montero de Carrera, luego de de Juan de Para contador del Rey y posteriormente de Sebastián Montero de Espinosa y Juana Durango de Quirós, señores de Castroserna.

Capilla de San Diego

Bajo el patronazgo del licenciado Diego de Escudero, estaba situada en el muro sur con acceso directo al claustro. Tenía una escultura de San Diego de Alcalá, obra de Gregorio Fernández.

Capilla de la Encarnación

Primeramente se llamó Capilla de Santiago.

En 1622 adquirió el patronazgo Clemente Formento, Regidor perpetuo de Valladolid, quien la restauró y cambió de advocación. Encargó las obras a Francisco de Praves y Rodrigo de la Cantera.

Se accedía a ella por un arco de cantería y tenía acceso directo al claustro. Estaba cerrada por una reja, obra de Matías Ruiz, con 32 balaustres, asentada sobre un podio de piedra y con la cornisa de madera. El retablo era de un solo cuerpo más ático, con un gran lienzo de la Anunciación.

Capilla de Nuestra Señora de la Soledad

El primer propietario fue Pablo de la Vega y estaba dedicada a San Bernardino. En 1590 pasó por herencia a Ana de la Vega y a su esposo Juan de Sevilla.

En el siglo XVII la propiedad pasó a Francisco de Cárdenas,  quien encargó a Gregorio Fernández el retablo dedicado a la Piedad y cambió la advocación.

Consta de un banco con pinturas de San Juan Bautista, San Francisco, San Bernardino y la Magdalena. La caja principal está ocupada por el altorrelieve de la Piedad (la Quinta Angustia). En el ático está la Imposición de la casulla a San Ildefonso, pintura de Diego Valentín Díaz.

Tras la Desamortización el retablo y el grupo escultórico fueron trasladados a la Iglesia de San Martín, donde se encuentra en la actualidad, a la capilla cuyo patronazgo pertenecía a la familia Fresno de Galdo.

Capilla del Santo Cristo

Situada también en el muro sur y con acceso al claustro, en 1576 estaba dedicada a San Andrés. Posteriormente la adquirió el médico Juan Rodríguez de Santamaría para capilla funeraria de su familia, quien la restauró.

Tenía un retablo de madera en blanco con figuras pequeñas y con el tema de la Pasión y muerte de Cristo, que se conserva actualmente en el Museo de Escultura.

Capilla de la Encarnación

Con el mismo nombre que otra de las anteriores, estaba situada bajo el coro y antes estuvo dedicada a San Pablo.

En el siglo XVI el patronazgo pertenecía al cerero Antonio de Frómista y su mujer Juana de la Vega.

Enterramientos

Además de los patrocinadores, también fueron enterrados en el convento algunos miembros de la realeza. Algunos de los personajes que estuvieron allí enterrados son:

El infante Pedro de Castilla y Aragón, hijo de Alfonso X el Sabio y de su esposa, Violante de Aragón y Hungría.

Enrique de Castilla "El Senador", hijo de Fernando III el Santo y hermano de Alfonso X el Sabio.

Cristóbal Colón

Juan Hurtado de Mendoza (siglo XIV), uno de los tutores del rey Enrique III

Álvaro de Luna

María de Mendoza, condesa de Rivadavia

Fray Alonso de Burgos (obispo de Palencia y promotor del Colegio de San Gregorio)

Pedro Álvarez, señor de Noreña.

Y miembros de las ilustres familia vallisoletanas como Los Mudarra, Ondergardo, Zárate, Venero y Leyva

El Coro

Estuvo situado en el presbiterio hasta el siglo XVI., hasta que se construyó uno en alto a los pies de la iglesia. El suelo era de ladrillos y azulejos, y tenía una sillería de dos pisos con 84 sitiales, que fue sustituida en 1735 por otra de estilo rococó.

Según Ventura Pérez, en 1740 el coro estaba presidido por la imagen de la Inmaculada, obra de Pedro de Sierra.

Según inventario de 1809, en el coro había dos órganos, un altar del Santísimo Cristo del Capítulo, un facistol adornado con el Ecce Homo y una urna donde se veneraba a San Francisco de la Parrilla.

Actualmente en el Museo Colegio San Gregorio se encuentran: La Inmaculada, algunos paneles de la sillería de 1735 y gran parte de los sitiales en el coro alto de la capilla del colegio de San Gregorio.

SACRISTIA Y RESACRISTIA

Estaban situadas en la calle Olleros (Duque de la Victoria) dentro de un recinto de 16.80 por 7.28 metros, que debió ser construido hacia 1574, y pegado a la capilla mayor y a la capilla llamada de los Leones.

La Sacristía tenía bóveda de crucería con terceletes y reforzada con contrafuertes, al lado estaba la capilla-lavatorio, y detrás de la cabecera del templo estaba la capilla de San Bernardino, que hacía las veces de resacristía.

NAVE DE SANTA JUANA O SAN DIEGO

Construida a los pies de la iglesia tenía la entrada por el claustro, era el paso para acceder a la portería principal que daba a la plaza Mayor.

Su largura era como el ancho de la iglesia y estaba situada perpendicular a la nave. Constaba de altar mayor y ocho capillas distribuidas a derecha e izquierda, es decir, era otra iglesia dentro del recinto.

CAPILLA DE LOS AJUSTICIADOS

Fue construida en 1598 entre la nave de Santa Juana y la pared de la casa de Baltasar de Paredes.

Tenía un altar y en el suelo losas de enterramiento para los ajusticiados. Recorriendo las paredes estaba la inscripción: "Real Cofradía Penitencial de Nuestra Señora de la Pasión y San Juan Bautista Degollado".

A principios del S. XVIII se hizo una remodelación, y en 1752 según indica Ventura Pérez en su "Diario de Valladolid", se construyó al lado una nueva capilla para enterramiento de nobles y muertos por garrote.

EL CLAUSTRO

Estaba situado junto al muro sur de la iglesia. Fue construido a  finales del siglo XV, y reformado por Diego de Praves en 1595.

En el siglo XVII estaba adornado con un zócalo de azulejos y con suelo de pequeñas piedras formando dibujos geométricos.

En los muros había lienzos realizados por Felipe Gil de Mena, que también pintó los lunetos de las bóvedas.

En 1641, se encargó la pintura del claustro bajo a Blas de Cervera.

Además de este, el recinto tenía otros patios y claustros.

CAPILLAS EN EL ENTORNO DEL CLAUSTRO

Capilla de los condes de Cabra

Tuvo diferentes nombres: de San Antonio, de la Concepción, de las Maravillas, del Relicario y del Comulgatorio.

A principios del siglo XVI el patronazgo lo tenía Luis de la Cerda, Señor de Villora, luego llegó a su nieta Francisca de la Cerda esposa de Diego Fernández de Córdoba, tercer Conde de Cabra.

En 1617 el patronazgo volvió al propio convento, la cedió como sede a la Cofradía de Nuestra Señora de la pura y limpia Concepción,  y fue cuando se colocó en la capilla la Inmaculada de Gregorio Fernández.

En el siglo XVIII cedieron el patronazgo a Lope de Quevedo.

Capilla de la Venerable Orden Tercera

Desde 1609, se encontraba en el convento la sede de la Venerable Orden Tercera, reuniéndose en diversas capillas.

En 1620 compraron al convento un terreno cerca de la Nave de Santa Juana y una gran sala que había sido hospedería. En estos terrenos se construyó hacia 1622 la capilla y las dependencias, según proyecto de Francisco de Praves. En 1626 se construyó la sacristía, y en 1654 se realizó una nueva ampliación según proyecto de Juan de Répide y se reedificó la capilla.

Con la ampliación, la capilla pasó a ser una iglesia. Era de una sola nave, dividida en tres cuerpos,  de 25.20 m de largo por 7.84 de ancho, menos la zona de la capilla mayor que tenía una anchura de 9.80 metros. El suelo y la cubierta abovedada eran de ladrillo.

Tenía dos altares laterales, coro con órgano , púlpito, sacristía y jardín.

En 1675, Antonio de Noboa Osorio realizó pinturas para las paredes y decoró bóvedas, lunetos, arcos y ventanas.

Tuvo un retablo mayor con columnas salomónicas, dividido en 2 cuerpos y 3 calles, que se quemó en 1710, y otro realizado por Claudio y Cristóbal Martínez de Estrada.

Capilla del Obispo de Mondoñedo o del Sepulcro

Diseñada por Juan de Juni, la capilla era de planta cuadrada, estaba precedida de un pequeño claustro y estaba situada en la zona de la Capilla de los Condes de Cabra. Fue construida a instancias de fray Antonio de Guevara, Obispo de Mondoñedo, escritor y cronista de Carlos I, como capilla funeraria para su enterramiento. Fray Antonio murió en 1545.

En el retablo estaba el grupo escultórico de Juan de Juni "El entierro de Cristo" (actualmente en el Museo Nacional San Gregorio). Tanto el retablo como la capilla estaban adornados con yeserías de Jerónimo del Corral.

En 1686 se realizaron trabajos de limpieza y restauración de dorados y pinturas, llevadas a cabo por el dorador Manuel Martínez de Estrada.

Capilla de Santa Cruz o de los Santisteban

Situada junto a la de los condes de Cabra.

Capilla de la Porciúncula

Tenía  reja y retablo, y el patronazgo fue de Luis de Vitoria.

LA HUERTA

Ocupa una gran extensión del recinto, tenía la zona de hortalizas, 80 árboles frutales, noria, siete pozos de agua potable, un pozo de nieve, aljibe, cuadras y pajares.

Fuentes consultadas:

"Valladolid Recuerdos y Grandezas (1900 a 1902) de Casimiro G. García-Valladolid

"Las Calles de Valladolid" de Juan Agapito Revilla, edición facsímil editada por Grupo Pinciano 1982.

"Patrimonio perdido - Conventos desaparecidos de Valladolid" de Mª Antonia Fernández del Hoyo - 1998

14-03-2010

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