VER
FOTOS Su
construcción es del siglo XVI y tiene un esquema de fachada longitudinal
con torres en los extremos.
La
entrada es de arco de medio punto y sobre ella se encuentra una regia
ventana con las armas del propietario.
En
su interior se encuentra un hermoso patio de dos alturas, rodeado de arquería
de medio punto, que fue construido a
finales del siglo XVI.
En
la actualidad forma parte del Museo Nacional de Escultura.
Historia del edificio - Información de la página web del Museo Nacional de Escultura
D. Antonio Velasco y Rojas, señor de Villerías (Palencia), contino del Emperador Carlos V, camarero del Príncipe Felipe, ayo del desdichado D. Carlos y consejero de Estado y Guerra (m. 1556), fue quien inició la construcción de sus casas principales levantadas enfrente del Colegio de San Gregorio, siendo su hijo D. Pedro, comendador de Portezuelo (m. 1589), el que concluyera de labrar y edificar la vivienda de esta familia entroncada con los Condestables de Castilla.
Por sucesivas herencias, la propiedad del edificio recayó a mediados del siglo XVIII en la esposa del entonces marqués de Villena, motivo por el que ahora, impropiamente, se conoce la casa con este título, a pesar de que poco después paso a manos de los duques del Infantado, luego al marqués de Casa Pombo, y finalmente, por vía matrimonial, a los marqueses de Alonso Pesquera, quienes la vendieron al Estado en 1919. Desde entonces y hasta 1982 el palacio sirvió de sede al Gobierno Civil de la provincia.
El autor de la traza del edificio fue el prestigioso arquitecto Francisco de Salamanca (m. 1573), ofreciendo su patio y escalera principal una gran similitud con la casa que éste levantó en la misma ciudad para el licenciado Francisco Butrón. En 1557 los rejeros Francisco Martínez y Llorente de Herreros contrataron las rejas de las ventanas del patio en las que campea la heráldica de los apellidos Velasco y Rojas. Palacio de Villena. Escalera del patio.
Su zócalo de basamento, esquinas y cuerpo central están enteramente labrados de cantería, contando con un espléndido arco de entrada de grandes dovelas encima del cual se dispuso una ventana adintelada sobre zapatas, similar a otras que existen en la ciudad. Sin embargo el marqués de Casa Pombo, cuyas armas se disponen en la fachada, transformó radicalmente el aspecto original de éste al levantar dos torreones en los ángulos del edificio, tal vez con el deseo de emular otros palacios vecinos, regularizando los vanos de los balcones y ventanas y colocando asimismo frontones triangulares y curvos sobre éstos, con lo que se obtuvo un marcado aspecto neorrenacentista.
Las obras decorativas, de gusto francés, que se hicieron en el siglo XIX así como sus pinturas y papeles pintados desaparecieron cuando el edificio asumió usos administrativos. Sin embargo, el interior conserva sin alteración alguna el magnífico patio, de dos pisos de arquerías en tres de sus lados como es habitual en los palacios vallisoletanos, con arcos de medio punto soportados por elegantes columnas lisas rematadas por capiteles jónicos, y la escalera principal, de proporciones majestuosas, que tampoco ha perdido su artesonado primitivo.
La moderna rehabilitación dirigida por el arquitecto Francisco Rodríguez de Partearroyo ha puesto en valor los elementos originales subsistentes (fachadas, zaguán, patio, escalera y crujía principal), y suyo es también el proyecto de ampliación del edificio llevado a cabo sobre terrenos ocupados antiguamente por las cocheras y caballerizas edificadas por el marqués de Casa-Pombo. El espacio construido resultante se ha acomodado a las necesidades tanto de servicios como expositivas del Museo y su exterior ha recibido un tratamiento que, a la par que armoniza con los edificios vecinos, subraya su carácter singular.
Los colores de la fachada y las diferencias tonales son discretas y se entonan con la pintura de otros edificios históricos próximos; incluso, gracias a la generosidad de la empresa lberdrola, la iluminación exterior valora todavía más este palacio. Equipado de los medios museográficos necesarios más exigentes, alberga actualmente una amplia selección de la colección permanente del Museo, en tanto que finalicen las obras de rehabilitación del Colegio de San Gregorio.
Una vez concluida la intervención en el edificio principal del Museo, el Palacio de Villena se destinará a la exposición permanente de las colecciones del Museo Nacional de Escultura y también albergará en su planta baja, especialmente diseñada para este fin, las exposiciones temporales que programe el Ministerio de Educación, Cultura y Deporte.
http://museoescultura.mcu.es/edificios/palacio_villena.html |