ÁLVARO DE LUNA

Condestable de Castilla

Alvaro de Luna nació en Cañete (Cuenca) hacia el año 1390.

Era hijo natural del noble aragonés Alvaro Martínez de Luna, Señor de Jubera, Cañete, Alfaro y Cornago y copero mayor de Enrique III, y de María Fernández Jaraba, conocida como La Cañeta.

Su padre fallece cuando él tenía siete años, pasando su infancia en Cañete hasta los 14 años, cuando entra al servicio de su tío Pedro de Luna, arzobispo de Toledo, conocido después como Benedicto XIII de Aviñón, el antipapa conocido como “el Papa Luna”.

En 1408, Pedro de Luna, le introdujo en la corte como paje y compañero de juegos del futuro rey Juan II, que tan solo contaba 3 años. Esta posición trajo una relación muy estrecha entre ellos a través de los años.

Hasta 1412, con la regencia Fernando de Antequera, no llegó más que a sirviente, pero durante la regencia de la madre del rey, Catalina de Lancaster, supo maniobrar para conseguir poder en la corte y la consideración del joven rey, por ser buen caballero y lacero, así como poeta y prosista.

Los nobles le respetaban por su inteligencia y sus consejos, y las mujeres le admiraban por su apuesto porte y simpatía.

En 1416 muere Fernando de Antequera, y sus hijos, los Infantes de Aragón, heredan extensas posesiones en Castilla, empezando así la rivalidad entre los infantes y Alvaro de Luna.

Contrae matrimonio en 1420 con Elvira de Portocarrero.

La noche del 14 de julio, tuvo lugar "El Atraco de Tordesillas", el infante Enrique secuestró en esta localidad a la corte, al rey y a Alvaro de Luna.

El 29 de noviembre de 1420, Alvaro de Luna ayuda al rey a escapar de Talavera de la Reina, donde habían sido trasladados, dirigiéndose al castillo de la Puebla de Sanabria. Desde ese día, Alvaro de Luna, se convirtió en la figura más importante de Castilla al ser el favorito del rey.

A lo largo de los años, se sucederán alianza, intrigas y batallas de Alvaro de Luna contra los infantes de Aragón y al revés.

En 1422, con una estratagema de reconciliación, atrae al infante Enrique a Madrid, encarcelándolo en el Alcázar . Confisca sus bienes en Castilla, y los de sus nobles partidarios, repartiéndolos entre los nobles leales.

En 1423, el rey Juan II, le nombra condestable de Castilla y Conde de San Esteban de Gormaz, quedando todo el ejército bajo su mando.

Esta acumulación de riquezas, posesiones y poder, provoca el recelo y la desconfianza de los demás nobles hacia su persona.

Fueron años convulsos en los que tuvo momentos de gloria y otros en los que casi llegó a perder su poder.

En 1427, tras liberar al infante Enrique, este y sus hermanos consiguen del rey, en el llamado “Arbitraje de Valladolid”, que Alvaro sea desterrado a Ayllón, Unos meses después, el propio rey le tuvo que pedir por tres veces que regresará a la corte, lo cual hizo en 1428.

En el verano de 1429 comenzó una guerra con Aragón, que Alvaro de Luna finalizó victoriosamente con la expulsión de los infantes aragoneses de Castilla.

En julio de 1430 se firman las Treguas de Majano, por la que Castilla, Aragón y Navarra firman la paz.

Tras haber enviudado, en enero de 1431 se casa en segundas nupcias con Juana de Pimentel, hija del Conde de Benavente.

Ese mismo año, entra en guerra con los moros para reconquistar Granada. Según unos, no conquistó Granada por el terremoto de Atarfe, según otros porque fue sobornado para no conquistar la ciudad, entregándole un carro repleto de higos, cada uno de los cuales ocultaba una moneda de oro. Finalmente, depuesto Muhammad IX el Zurdo, losa castellanos ayudan a Yusuf IV a llegar al trono, lo que le convierte en vasallo de Castilla.

En 1434, consigue que su hermanastro Juan de Cerezuela sea nombrado Arzobispo de Toledo.

En 1441 fue desterrado por seis años.

El 9 de julio de 1443 se produce el Golpe de Estado de Rámaga. El rey es secuestrado por su primo el Rey de Navarra y encerrado en el Castillo de Portillo. Esta situación hace que los nobles, de nuevo, vuelvan sus ojos hacia Alvaro de Luna.

En 1444, durante una cacería, Alvaro ayuda a escapar al rey, comenzando una nueva guerra contra Navarra y Aragón.

El 19 de mayo 1445, derrotó en la batalla de Olmedo a los nobles aliados con los infantes de Aragón. A resulta de las heridas, sufridas en la batalla, murió el infante Enrique de Aragón, siendo nombrado su sucesor como Gran Maestre de la Orden de Santiago, Alvaro de Luna, cargo que ocupó hasta 1453.

Siguen unos años de relativa calma. Pero decisiones como promover la boda del rey Juan II con Isabel de Portugal, una subida de impuestos que causa sublevaciones o el asesinato del Contador del Rey, unidas al irresistible ascenso de Juan Pacheco, Marqués de Villena, y la falta de confianza hacia él de príncipe Enrique, le crean demasiado enemigos dentro y fuera de la corte.

Isabel de Portugal, conocedora de las intrigas de Alvaro de Luna y sabiendo que su poder se basaba en el afecto que le tenía el rey, influyó decisivamente en este para que prescindiera de él. Así, el 3 de abril, Juan II de Castilla firma la orden de detención de don Álvaro y sus partidarios.

El 4 de abril de 1453, Alvaro de Estúñiga lo detuvo en Burgos, siendo trasladado al Castillo de Portillo.

Su esposa, Juana Pimentel, que se había refugiado con su hijo Juan en Escalona, pidió ayuda al Papa, como protector que era de la Orden de Santiago, para que intercediera en favor del Gran Maestre.

La detención del condestable, provocó una rebelión de sus partidarios, que fue sofocada por Juan II el 28 de abril.

Tras un “juicio amañado”, el rey da la orden de ejecución de Alvaro de Luna y es trasladado a Valladolid el 1 de junio. Fue decapitado en el cadalso, que se situó en la Plaza Mayor, el 2 de Junio de 1453. Su cabeza permaneció expuesta, colgada, durante nueve días.

Sus restos, fueron sepultados en una fosa para malhechores a las afueras de la ciudad; aunque pocos días después, con consentimiento del Rey, fueron trasladados al monasterio de San Francisco. Posteriormente, durante el reinado de Isabel la Católica, su servidor Gonzalo Chacón trasladó los restos a Toledo, para ser enterrados en la capilla de Santiago de la catedral, que había sido costeada por él, y donde estaba enterrado su hermanastro, el arzobispo Juan de Cerezuela, y luego lo serían su esposa y otros familiares.

En 1658 el Consejo de Castilla le declara inocente de todas las acusaciones por las que había sido condenado y ejecutado.

Información obtenida de:
www.galeon.com/medieval7/alvarodeluna.htm

Wikipedia
arenasdesanpedro.es/

13-08-2014